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Según el Según el instituto mundial “WorldWatch”, la mitad de todos los edificios nuevos se encuentran en China. Cada año se construyen en el país casi 2 mil millones de metros cuadrados. Hasta el 45% de toda la energía producida en China se utiliza para fabricar y transportar materiales de construcción, construir casas y oficinas e instalar sistemas de calefacción y aire acondicionado. Si este ritmo de desarrollo continúa, para 2020 la superficie total de edificios existentes se duplicará y el Estado simplemente no podrá abastecerse de la energía necesaria para el funcionamiento de estos activos habitacionales. El gobierno chino se ha interesado seriamente en aplicar tecnologías de ahorro de energía a las operaciones de construcción, con la esperanza de aliviar la creciente crisis energética. Según el último plan quinquenal de desarrollo económico del país, se espera que las nuevas tecnologías (y edificios) ahorren el 50% de la energía a nivel nacional. Para ciudades como Beijing, Shanghai, Tianjin y Chongqing, el ahorro será de hasta el 65%. En 2006, el gobierno adoptó nuevas normas de conservación de energía. Esto debería alentar a los contratistas a utilizar materiales de construcción que retengan el calor, así como tecnologías de ahorro de energía en calefacción, ventilación, aire acondicionado e iluminación de edificios públicos. |
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